El pasado 18 de diciembre se celebró la final de la liga de fútbol sala en el polideportivo municipal de la localidad, poniendo el colofón a tres meses de competiciones durante todos y cada uno de los recreos.
Más allá de los aspectos puramente deportivos que siempre son valorados en nuestros escolares, podemos decir que el juego limpio, los valores y una sana competitividad fueron los verdaderos protagonistas de la jornada.
La competición deportiva es necesaria en la vida de un adolescente, ya que permite aprender numerosas lecciones que serán de gran utilidad en el día a día. Durante estos meses ha habido momentos muy intensos. El alumnado ha tenido que gestionar emocionalmente los diversos resultados que han tenido en cada partido, tanto los positivos como lo que no lo han sido tanto, y ello ha supuesto una oportunidad para entender la forma de reaccionar ante las cosas que nos pasan y si existen alternativas para hacerlo de una manera diferente. Cada problema encontrado es un maestro encubierto que nos quiere decir algo que necesitamos resolver. Y es que, en la vida como en el deporte, unas veces se gana, y otras se aprende…
Ángel Manuel García Caicoya
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