Jobshadowing en Alemania

La semana anterior, del 9 al 15 de febrero de 2020, el profesor de Matemáticas Enrique Martín Martínez estuvo en un periodo de observación en el instituto Kobi Gymnasium de Düseldorf (Alemania), en el marco del proyecto E+Startles de Consorcio Erasmus+. He aquí un resumen de la movilidad:

Viernes 7 de febrero: vuelo de Madrid a Düseldorf a última hora de la tarde, sin novedades aunque con preocupación por la alerta meteorológica que advierte por la llegada del huracán Sabine entre el domingo y el lunes.

Sábado 8 de febrero: voy en tren a la vecina ciudad de Colonia, famosa por su catedral gótica que tardó siglos en construirse.

Domingo 9 de febrero: visito el centro de Düseldorf, pero por la tarde comienza a arreciar el viento. Se avecina el huracán. La página web del instituto avisa de la cancelación de las clases para el lunes. En la foto se ven los edificios del arquitecto Frank Ghery en el fondo.

Lunes 10 de febrero: el huracán azota la zona. En la foto actuación de los bomberos en un cartel de un centro comercial que se había desprendido.

Martes 11 de febrero: ¡Por fin conozco el Kobi Gymasium! Mi anfritiona, la profesora de español salmantina Marta García, me recibe y me entrega el programa de la observación. Hoy observo las clases de matemáticas de Michael Perlitz, un profesor con muy buena mano con los alumnos. Converso distendidamente con sus alumnos de 6º, y veo como trabaja con la clase del equivalente a 2º de bachillerato, donde estudian la distancia de un punto a una recta en tres dimensiones. Los periodos de clase son de 45 minutos, pero en Matemáticas habitualmente juntan dos seguidos con una pequeña pausa intermedia, con lo que pueden trabajar un tema con mucha profundidad.

Miércoles 12 de febrero: A primera hora visito la clase de español de Marta García, con cuyos alumnos conversamos amistosamente y nos explican el sistema de educación alemán, en el que la primaria solo dura hasta cuarto curso y después hay que elegir entre hacer bachillerato o formación profesional. Después estoy con la profesora de matemáticas Janike Rosanski, que habla un español excelente, y veo como corrige un examen de funciones lineales en octavo (nuestro segundo de la ESO). Me llama la atención como indica en un lado de la pizarra los pasos que da cuando resuelve una ecuación. También me meto en clase de inglés con Dennis, un magnífico profesor que hace un listening sobre una leyenda de los nativos canadienses, un tema difícil pero con el que los alumnos no tienen ningún problema.

Jueves 13 de febrero: Hoy me meto en la clase de 2º de Bachillerato de Monika Wernke, en la rama de ciencias sociales. Utilizando la calculadora gráfica resuelven problemas de distribución binomial y realizan representaciones gráficas. El instituto consta de tres edificios, y hoy estamos en el de más reciente construcción, con todo el equipamiento y los muebles impecables. Los alumnos se implican en la conservación del centro, barriendo las aulas al terminar las clases.

Viernes 14 de febrero: Se termina la semana en el instituto. Observo las clases del simpático profesor de matemáticas Ansgar Steinkopf, de 1º de Bachillerato (regla de la derivada de un producto de funciones) y 3º de la ESO (propiedades de las potencias). Y finalizo la observación asistiendo a una clase de español de la profesora Marta García, que plantea una curiosa actividad: sus alumnos representan un juicio basado en un caso real en el que una mujer mexicana indígena es acusada de matar a su hijo al haberse caido por las escaleras al final de su embarazo, y esta no puede defenderse convenientemente por no hablar español.

Sábado 15 de febrero: día de regresar a España, aunque aprovecho la mañana para volver al centro y ver el Carnaval, muy importante en esta región. Lástima no haberme podido quedar unos días más.

Mis impresiones generales son que el alumno muestra mucho respeto al profesorado, tiene buen comportamiento y es muy participativo. Los profesores imparten clase con una metodología sencilla pero efectiva. El sistema educativo alemán puede resultarnos extraño por separar a los alumnos desde 5º de primaria, pero sin duda esto aporta ciertos beneficios. Me vuelvo a España con más ilusión para dar clase, con la perspectiva de haber visto un centro muy innovador en Finlandia, y otro en Alemania en el que destacan las buenas prácticas educativas clásicas.

Tenemos pendientes más movilidades por realizar, seguiremos informando según se vayan produciendo. Esta es una magnífica oportunidad para el IESO La Jara, gracias a la coordinadora del consorcio desde Toledo María Jesús Parra Romero, a la coordinadora de programa en nuestro centro y Jefa de Estudios Josefa Muñoz Mansilla y a todos los implicados.

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